¿Qué sigue? Todos nos lo seguimos preguntando, entre más días pasan después del 19s, más ecos se escuchan con esta pregunta y se van viendo ya algunas propuestas. Mientras las ciudades poco a poco comienzan a moverse a lo cotidiano. La remoción de escombros, la revisión de edificios y las manifestaciones de ayuda a quienes lo han perdido todo continúan.
Hay propuestas muy serias para el tema de la reconstrucción, pero no solo la de los edificios. Hay varios grupos empresariales como la COPARMEX que han propuesto cinco acciones concretas para ayudar en las zonas afectadas. Hay historiadores como Enrique Krauze que también se manifiestan en su “Por una comisión ciudadana de construcción”. Los gobernantes de las ciudades afectadas, han estimado el millonario monto de los daños y firmado decretos de reconstrucción.
Por su parte algunas universidades, cuerpos colegiados y diferentes grupos de la sociedad civil organizada, a más de que siguen con las manos en la ayuda, han lanzado iniciativas para generar espacios de diálogo en vías de proponer cómo reconstruir y prepararnos para este tipo de sacudidas naturales.
Con esto visto se antoja seguirnos entrenando para expandir la visión y el alcance de la responsabilidad social a la que se antoja también rebautizar como regeneración social.
Hace una semana en este espacio nos planteábamos la pregunta ¿reconstruir o regenerar? Hoy, a siete días del planteamiento, seguimos pensando que la regeneración puede ayudar a México a dar ese salto cuántico que tanto requerimos para alejarnos de las apatías que nos han detenido por años en espacios alejados de la evolución social de nuestra nación.
Seguro muchos estarán pensando al leer estas líneas: ¿qué se puede hacer desde el espacio personal, desde el espacio de las PyMes? Me voy a concentrar en la respuesta de las PyMES y MiPyMES que son una importante fuerza del capital económico de nuestro país, y durante los días posteriores a este sismo, han sido las que se han puesto al frente dándolo todo, en ocasiones de manera literal, para apoyar las labores de rescate. Con esta óptica, la respuesta es sencilla y basta. Las PyMES y MiPyMES pueden hacerlo. TODO.
En el pasado, me ha tocado dar pláticas de responsabilidad social en donde los empresarios tienen dificultad para ver la capacidad de incidencia que tienen sus empresas en la generación del bienestar social. Hoy, sin cuestionárselo, generaron bienestar más allá de lo que imaginaban, tanto las empresas que tienen programas de responsabilidad social como las que no. Hoy no queda duda de que la transformación esta en nuestras manos, que la responsabilidad la tenemos compartida entre los ciudadanos y sus empresas, y que pueden hacer más con menos, garantizando transparencia y honestidad, cosa que el gobierno en su totalidad ha sido opaco en demostrar.
Con esto visto se antoja seguirnos entrenando para expandir la visión y el alcance de la responsabilidad social a la que se antoja también rebautizar como regeneración social. ¿Te identificarías más con este nombre? ¿Podría tu empresa hacer más a partir de este concepto?
PD.- Al margen de todo hay que señalar que la regeneración a la que nos referimos no tiene relación alguna con los motes publicitarios de partidos políticos existentes.
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