Si bien, a través de los años hemos generado una base de conocimiento, a diferencia de otras empresas consultoras en sostenibilidad nosotros hemos apostado al cambio en el más valioso de los capitales de las empresas: el capital humano. Creemos que el más poderoso cambio tecnológico que podemos aportar en las empresas es el cambio paradigmático de las personas. No hay tecnología más precisa para enfocar este camino que una mente clara, con marcos de referencia lógicos, que permitan a todo el equipo ponerse a tono para lograr objetivos comunes.
A lo largo del tiempo nos hemos dado cuenta que no importa cuánto se le apueste al cambio tecnológico; que sin importar cuan innovador sea el software, y cualquier modificación que se haga a circuitos o fierros, si las personas detrás de las decisiones y la operación no están alineadas con la esencia de la sostenibilidad, es complicado que cumplan con los objetivos basados solo en estos apoyos.
Hablar y hacer hoy en materia de sostenibilidad como se ha hablado desde la década de los ochenta del siglo pasado, es algo que nos sigue llevando a un callejón sin salida. Algunas cosas han mejorado, pero la terrible tendencia sigue viéndose apocalíptica.
Así, hoy enfrentamos uno de los cambios mas fuertes y radicales que hayamos experimentado en este tiempo. Nos enfrentamos al incremento de la voluntad de algunas empresas de sumarse al cambio y de comenzar a hacer sostenibilidad o responsabilidad social, justo cuando el sentido total de la palabra se nos ha diluido entre las manos.
Hablar y hacer hoy en materia de sostenibilidad como se ha hablado desde la década de los ochenta del siglo pasado, es algo que nos sigue llevando a un callejón sin salida. Algunas cosas han mejorado, pero la terrible tendencia sigue viéndose apocalíptica.
Es momento de convertirnos en agentes regeneradores para poder ir más allá de los sostenible. Tal cual mencionaba la semana pasada mi maestro Girardet en su colaboración para The Guardian, es urgente que comencemos a regenerar los suelos, los bosques, los cuerpos de agua y todos los sistemas que sustentan la vida en la Tierra. Trabajar desde la perspectiva del desarrollo sostenible ha permitido, aún con planes de manejo y demás, ser poco efectivos en vernos como un organismo co-creador de la situación que hoy nos patea de frente.
La perspectiva regenerativa, si todos logramos entenderla y llevarla a nuestro actuar cotidiano, nos lleva a ver las cosas desde un punto de vista sistemático e integrador, que va desde lo mas micro de nuestra operación hasta lo más macro. Nos permite alinearnos con las condiciones que agreguen valor al sistema en general; y éstas condiciones serán siempre aquellas que promuevan el bienestar y la vida.
Si queremos lograrlo pronto, nuestro capital humano deberá ser experto en el tema y mientras lo es, comenzar a vivirlo, implementarlo en la mejor de sus capacidades. Así, en este proceso de cambio, comienzan a transformarse en entes regenerativos para acompañar a las empresas a regenerar la visión de cómo, a través de su operación, pueden contribuir no a minimizar los impactos si no a aportar al restablecimiento del sistema planetario.
COMAPRTE