Todo empezó por plantearle a este cliente en particular una opción para realmente convertirse en un agente de cambio desde el espacio propio de su naturaleza. Empresa de servicios; contacto con clientes finales de manera esporádica. Pero gran aglomeración de personas en días determinados a lo largo del año. ¿Qué les proponemos? ¿Qué armamos que realmente pueda representar un impacto a nivel ambiental, buscando también hacérselo relativamente fácil al público final, pero con la consigna de lograr una educación que trascienda a la vida diaria de las personas?
Target: amas de casa. ¿Qué tipo de residuos se generan en grandes cantidades en un hogar que sean susceptibles de ser fácilmente reciclados, para los que no haya muchos centros de acopio o de acceso sencillo, que representen una aportación real al cuidado del medio ambiente, que puedan continuar reciclándolos fácilmente en sus casas al ver que es sencillo,…? Finalmente llegamos a los tetrabricks. Estos empaques que están presentes en nuestras vidas absolutamente todos los días. Papel, aluminio, plástico,… no ocupan espacio, su tratamiento es sencillo, no pesan. ¡Cerrado!
Y ahí es donde empezó un trayecto sinuoso. El fabricante más conocido de este tipo de envases publica en su página web su compromiso con fomentar el reciclaje de este tipo de material. Sin embargo, al menos para nuestro país, no presenta ningún caso de éxito que nos permita seguir una ruta. Rascándole un poco más dimos con una A.C. que se formó, originalmente, para reciclar este tipo de envases. Incluso aparecen en el listado autorizado de acopiadores de la SEDEMA. No página web. No teléfono disponible. Seguimos rascando. Dimos con un número telefónico que sí funcionaba. Nos contestan y nos dicen que ya no reciclan ese tipo de envases, porque no es rentable. ¿? Y no tienen más datos de alguien que se dedique a eso. ¿?
Esto no sería el típico greenwashing para incluir en la sección de sostenibilidad de tu página web
No todo está perdido. Verdek es una empresa que se dedica a reciclar tetrabrick y fabrica materiales para la construcción, entre otras cosas, con certificación LEED para muchos de sus productos. Están en el Estado de México. Y no nos pudimos comunicar con ellos antes de escribir este blog para saber si pudieran ayudarnos en este proyecto, pero para poder continuar fomentando el reciclaje. Dejando esto último aparte, creo que sí son una aguja en un pajar.
Todo esto nos llevó a pensar en la responsabilidad de las empresas de transformación de que sus productos no terminen en los rellenos sanitarios. Y tenemos casos de éxito muy buenos, como un centro comercial en Suecia (Eskilstuna Shopping mall), en donde una empresa se dedica a recolectar los residuos de los otros comercios y los vende en una tienda en ese mismo centro comercial. Sí – economía circular. Es decir, los desechos de unos se convierten en insumos de otros. O lo que hizo Suecia a principios de este año, reduciendo los impuestos de reparaciones en 50% fomentando alargar la vida de los productos.
También existen ejemplos de empresas que se encargan de dar una segunda vida a sus propios productos, o incluso a productos que sean suyos pero que estén relacionados con su giro principal: Dell, que recupera materiales de residuos electrónicos y los incluye en sus propios productos nuevos; Energizer, que finalmente han sacado al mercado – no todavía en nuestro país – una pila hecha con 4% de material reciclado (aunque suene poco, es un enorme avance que tomó 8 años lograr considerando lo altamente contaminante de los materiales de las pilas); Alaska Airlines, que convierte los asientos de sus aviones en bolsas de mano y carteras; o Levi Strauss y H&M, que se aliaron con I:CO para recopilar cualquier prenda de vestir, de cualquier marca, en sus tiendas (ojo, que en la tienda de H&M Santa Fe CDMX ya lo hacen) y así convertirlas en trapos para limpieza o nuevas fibras textiles, y también para apoyar a fundaciones que se dedican a la investigación sobre cómo disminuir el impacto ambiental de la industria textil. Pero el ejemplo que más me gustó, y que migra hacia una economía de servicios con su correspondiente reducción de impacto ambiental, es el de la Toronto Tool Library, en donde compras una membresía y tienes acceso a todas las herramientas que requieras. Está increíble considerando que un taladro se usa en un hogar, en promedio, ¡13 minutos durante toda su vida!
¿Los residuos de tu empresa pueden convertirse en insumos de alguien más? ¿Requieres de algún insumo que pueda provenir de los residuos de alguna otra empresa? Tal vez el reciclaje en nuestro país no te represente ingreso real, considerando muchas complicaciones como espacio, transportación, y demás. Sin embargo, si inicias una cadena de economía circular los gastos se pueden compartir: tú puedes pagar el transporte de tus residuos para que alguien los use; pero tus residuos pueden venir de alguien sin costos de transportación para ti. Tu empresa es responsable de reducir el impacto ambiental que genera en el medio ambiente. Y, ¿sabes? Esto no sería el típico greenwashing para incluir en la sección de sostenibilidad de tu página web – sería un ejemplo claro de que hay voluntad e interés por no afectar a tus Grupos de Interés y una muestra clara de tu compromiso con la sociedad. Ayudarías a generar círculos virtuosos en donde el bienestar se repartiría para muchos. Te invito a apagar tu celular por 1 hora – sí, desconéctate – y permite a la innovación fluir en ti. Te sorprenderás de los resultados. ¿Le entras?